Depende de la cuerda.
Puede que la cuerda sea de un hilo suave y de tacto aterciopelado que rodee tus muñecas y tan solo te produzca un leve cosquilleo. Sin rastro de dolor.
Aunque no siempre se tiene esa suerte,puede que lo que te rodea las muñecas sea un alambre de espino que se clava en tu piel, sangrando el tóxico amor que te ha llevado a esta situación.
En ambos casos eres prisionera.
En ambos casos estás perdidamente enamorada de él.
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